lunes, 27 de mayo de 2013

Klic-klic, una idea revolucionaria on line




A finales del  pasado 2012, una empresa de Gerona lanzaba al mercado un nuevo juguete erótico: klic-klic 3.0, un revolucionario sistema de practicar el sexo on-line o a distancia mediante vía blue tooth, si el alcance es menor a 8 m.




Desde luego el juguete es lo que más nos acerca a todos esos relatos de ciencia ficción imaginados al respecto de nuestras relaciones sexuales: adiós a las enfermedades de transmisión por contacto, adiós a la imposibilidad por la lejanía de nuestra pareja, adiós al peligro de la concepción indeseada, adiós a los prejuicios y a la timidez y bienvenido el sexo en grupo y a la diversión sin límites.

El juguete se maneja como un juego de consola, de muy fácil colocación, se compone de una unidad masculina y otra femenina que son como masturbadores normales, él en una higiénica cápsula multisensorial lavable y ella estará provista de un vibrador de tamaño estándar, para que ambos lo acoplen a sus aparatos genitales.

Dependiendo del botón que presiones desde tu casa, estimularás más o menos una zona determinada de la unidad situada a distancia y viceversa, pudiendo, mediante el Chat, plantear los juegos eróticos que imaginéis.

Los klic-klic se conectan a la red como las consolas de juegos y se puede acceder a una red social en funcionamiento a nivel mundial para interactuar todos los participantes en ellas. Puedes inscribirte con tu pareja si estáis separados físicamente.

Creo que es una idea muy útil para no “perder el interés sexual” debido a la ausencia de sexo, tan común en parejas separadas y que muchas veces acaba con la terminación de la relación. Pero también es muy útil para conocer gente y divertirse, llegando “más lejos” que con ningún otro juguete.






1 comentario:

  1. No me acaban de convencer esas ayudas tecnologicas para el sexo On-Line con mi pareja. Si al distanciamiento físico le añadimos el emocional que supone interactuar técnicamente con ella creo que experiencia se empobrece demasiado. No necesito que sean mis manos, y aun menos el pobre sustituto electrónico de ellas, las que la exciten. En persona y a distancia lo satisfactorio es que mi presencia sea suficiente para hacerla reaccionar.

    En el caso del anónimo sexo virtual quizás si encuentre su "hueco de mercado". Pero dependerá mas de la estrategia comercial del fabricante (al estilo de los contratos exclusivos del VHS con la industria del porno) que de las virtudes del dispositivo.

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